luly garcia: .

lunes, 19 de julio de 2010

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Es feo creer que puedes perder a alguien, aunque no sea nada tuyo... y mas cuando ese alguien te importa tanto.

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Me llamo Lucía, no tengo segundo nombre y es una de las cosas que le agradezco a mis padres. Me apellido García Bó (aunque la mayoría de las veces utilizo sólo el García). Tengo 15 años, soy de Géminis y lo que trae consigo, BIPOLAR. No me permito salir sin maquillarme, sin al menos ponerme rimel. Estoy llena de miedos. Le tengo miedo a la oscuridad, miedo a que aparezca algún payaso cuando abra los ojos, cuando corra la cortina o cuando abra la puerta. Soy un desastre con patas, más desorganizada que cualquiera y además desordenada. Puedo tener trescientas mil cosas en el bolso pero, tal vez, ninguna de ellas sea las cosas que necesito. Mi habitación: caos. Mi placard: desorden. Mi carpeta: incompleta. Me encantan las matemáticas, la física, la literatura. Pierdo las cosas fácilmente. Vivo pensando en otra cosa (persona) y no me entero de las conversaciones que suele tener la gente al rededor mío. Muy soñadora. Ilusa desde la cabeza, celosa hasta los pies. Me acostumbré tanto a la calculadora que ahora hasta me cuesta hacer una división sin ella. Detesto las obligaciones, las listas de tareas, de horarios. La puntualidad hace que yo sea impuntual. Me encanta prometer cosas, siempre y cuando esté segura de hacer hasta lo imposible para cumplirlas. Soy demasiado tímida, me pongo colorada rápidamente... cuando me río a carcajadas. Cuando lloro, me ahogo, me hundo, me encierro, me asfixio, no se respirar... necesito mil abrazos para salir de ese cuarto lleno de agua. Suelo ir guardándome cosas que me molestan hasta que estallo y me vuelvo a encerrar. Me gusta la sinceridad... las tardes interminables en la playa con amigas, con familia, con mates y facturas y fotos, sonrisas, abrazos, trucos... amo el verano en mi ciudad. Tengo defectos hasta en la oreja, los pies, las piernas, mi nariz, mi boca, mi piel, mi mirada, mi pelo, mi panza, mi pecho, mi espalda... pero el ser humano está echo de ellos y al fin hay que saberlos aceptar. Los defectos nos hacen humanos y son la diversión de la vida. Sólo imaginate un mundo de gente perfecta... ¿aburrido, no?